En esta séptima edición del Simposio Internacional, nos proponemos trabajar la temática del “Paraíso perdido”, en conjunto con la Universidad Autónoma de Aguascalientes, la Universidad Panamericana, la Universidad Autónoma de Zacatecas y la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

El término sánscrito Paradesha (“la comarca suprema”) está en las raíces de aquello que los estudiosos pueden establecer como el origen histórico-lingüístico de este mitema y que los caldeos convirtieron en Pardes y los occidentales en Παράδεισος / Paradisus. Se trata del lugar del conocimiento perfecto y de la felicidad; de aquí surge la idea de “Tierra Santa” y los símbolos acerca del “centro” del mundo, de la rosa única y de la amada. Los chinos se refieren a un sitio enclavado en algún lugar de Asia Central, el jardín habitado por los “dragones de la sabiduría”; cuando describen el lugar, muestran los cuatro ríos esenciales del mundo: Oxus, Indo, Ganges y Nilo, que brotan de una fuente común, “el lago de los dragones”. 

Más allá de los principios dogmáticos del judeo-cristianismo, el mitema del paraíso perdido representa un estado espiritual que alude a perfección y a felicidad, a la caída desde este estado y a los intentos de retorno a él. La cualidad de “perdido”, que determina la psicología del paraíso, se relaciona con el exilio, que tan brillantemente han tematizado las filosofías existencialistas, como la estructura esencial de lo humano.


Los “El-dorado” también representan esta pérdida y los intentos de recuperación, así como las plantaciones en terraza, que -al parecer- tienen su origen en Sumeria, pero que encontramos en Egipto, India, China y la América Precolombina.  Como vemos, la relevancia de la temática propuesta resulta excepcional y afecta a las distintas tradiciones. Sus ramificaciones, en efecto, son un verdadero laberinto: Isla de los Bienaventurados, Valhalla, Babilonia, la Jerusalén Celeste, la imagen de la Luna como figuración simbólica del paraíso (la idea del paraíso futuro o ciudad nueva), el paraíso musulmán y la imaginería de las piedras preciosas, Thule, el Reino de los reinos de los Hua Hsu en Lao-tsé, Dante Alighieri, William Blake, los aportes de Carl Gustav Jung, entre otras muchas. 

El mito es una especie de símbolo que se despliega en un relato y que se articula en un tiempo y en un espacio que no coinciden con la descripción geográfica o históricas, entendidas éstas últimas como ciencias positivas. En estos términos, el exilio es un símbolo primario de la alienación humana, pero la historia de la expulsión de Adán y Eva del Paraíso es un relato mítico de segundo grado, que pone en juego personajes, un espacio, un tiempo y episodios extraordinarios; el exilio es un símbolo primario y no un mito, porque éste es un acontecimiento histórico que se ha vuelto significativo para explicar la alienación humana (Ricoeur, 1960, T. II, p. 181).  

En efecto, no parece posible despojar al mito de su capacidad para designar el otro mundo, como anhelo de perfección: si el mito no habla de su experiencia entre dos mundos, no es mito (Losada, 2022, p. 54). Se trata, por ello, de un elemento fundamental de la concordancia entre el poder creador del lenguaje en el mito, en el arte y en la elaboración de conceptos teóricos para la comprensión del mundo.  Ya, desde las formas más arcaicas del mito, resulta claro que se representa una manifestación creadora de lo real y no un simple reflejo, como una tensión inicial entre “sujeto” y “objeto”, entre “interior” y “exterior” (Cassirer, 1998, T. 2, pp. 44-45).  

Por todo lo anterior, se abre un vasto escenario para las ponencias que pueden presentarse: para la mitocrítica: ¿qué significan estos procesos de simbolización convertidos en relato? Para la fenomenología de la religión: ¿cómo opera el sedimento mítico en la diversificación de lo divino? Para la filosofía: ¿qué secuencia de continuidad se verifica entre la representación por imagen y la representación por concepto? Para la literatura: ¿cuántas narraciones discurren en el intento de apresar/habitar el símbolo? Para la psicología: ¿cómo se lee el mito a la luz de los procesos psíquicos? Para la historia: ¿cómo se transfiere la idea de pasado/futuro ideal en la elaboración ideológica? Para la estética: ¿cómo interactúan los lenguajes artísticos en la profundización del mito? Para el cine ¿cómo se resignifican las constantes para que resuenen en los diversos contextos culturales?

Referencias:
Cassirer, Ernst. Filosofía de las formas simbólicas 
(T. 2). México: FCE, 1998.
Losada, José Manuel. Mitocrítica cultural. Una definición del mito. Madrid: Akal, 2022. 
Ricoeur, Paul. Philosophie de la volonté II. Finitude et culpabilité. Paris : Aubier, 1960.